Retomando la
postergada costumbre de reseñar libros, hoy quiero hablarles de UN ATAJO
AL PRECIPICIO (Nova, 2013), el libro de poesías de LUCIANO ALONSO.
No descarto la
existencia de algún manual de estilo donde se enumeren los requisitos mínimos (así
como los anatemas varios) para que una apostilla merezca la etiqueta de
“reseña”. De alguna manera sospecho que en ese manual que mi ignorancia
esquiva, se recomienda evitar la mención de cualquier vínculo entre el crítico
y el autor. Guiado, claro está, por la intención de que los incautos no
descubran que tras la impostada asepsia hay un intento de direccionamiento.
Pero como ya no quedan incautos, bien puedo omitir la observancia de tal precepto
y efectuar como previo algunas consideraciones de tipo personal respecto de
Luciano Alonso.
Me resulta arduo
trazar una ilación más o menos precisa sobre el origen del vínculo. Muy a los
ponchazos lo podría fijar en la desaparecida, pero no menos recordada, Librería
de los Hermanos Tanner, en el corazón de Caballito. Allí supe discutir sobre Borges con su hermano. Supongo que por alguna
pirueta cibernaútica desembarqué en el blog del Librero Humanoide, el
personaje que hospeda a Luciano (o viceversa, vaya uno a saber). De ahí pasé a
frecuentar el reducto palermitano donde el ocasional viandante cree que el pibe
con aspecto de yogui vende libros y pasa música con mucha onda. Sin
embargo, los que estamos en posesión del secreto (que en el barrio se dice
“estar avivado”), sabemos que en realidad oficia de hierofante de un culto
mistérico, mezcla de rastafarismo punk, existencialismo pícaro y nihilismo
dicharachero cuyo tejido conectivo es el amor por la Literatura, esa que se
escribe con mayúsculas. Y a medida que uno va tratando a la persona comprende
que más que como personaje, lo tendría que presentar como dramatis personae, porque Luciano es un elenco de personajes que, con
homeopática erudición, desgrana una multiplicidad de ópticas que sin embargo confluyen
sobre un único mensaje: “Si el infierno es el otro, yo soy tu otro; luego, a
relajarse muchachos que es imposible escapar del infierno” (la enunciación es
mía, así que bien podría estar totalmente equivocado).
Luciano ya ha
incurrido en el libro, con su "Philip Dick, instrucciones de uso" (Editorial
Alaska, 2011), una maravilla a la que le debemos una reseña y que esencialmente
es una demostración de amor por la obra de PKD, donde además de una detallada biografía se prodiga con "un catálogo exhaustivo, ordenado cronológicamente según fecha de publicación, en el que pueden leerse un resumen argumental de cada una de las novelas del autor", es decir, el ganador en 1963 del Premio Hugo con su
impar “El hombre en el castillo”.
Así las cosas,
una tarde fui a comprar el recién horneado UN ATAJO HACIA EL PRECIPICIO. Munido de mi librito, la idea era
allegarme hasta la vecina Alamut para que me lo dedicara. Lo cierto es que demoré
un poco. Bastante. Cuando me quise acordar, estaba sentado en el cordón de la
vereda, devorando los poemas uno tras otro. La gente debe haber pensado que estaba colocado. Porque señor cursando su segunda juventud, toreando los
autos que daban vuelta a la esquina, leyendo un libro y muerto de risa daba como mínimo para llamar al SAME.
Desde entonces ya
no sé cuántas veces leí el libro. Lo tengo todo subrayado. Para intentar asir el
estilo tendría que acudir a construcciones bastante sui generis. Es que las poesías que
conforman libro tan ameno transitan por el hilarante cinismo; la filosofía suspicaz y el romanticismo indócil. Pero también por la reflexión profunda y no pocas
veces, por la hiriente desolación. Y en este
sentido, si hay algo que me asombra de este poemario, más allá de su escritura
poderosa, es la profunda experiencia de vida que exuda. Sólo puede escribir
así quien vivió mucho.
El pasado mes de junio, se presentó el poemario en Alamut Libros. El salón ardía de gente. Fue una presentación muy emotiva. Y Luciano tuvo la deferencia de pedirme que eligiera un poema para leer. Me quedé con VOYEUR pero a la hora de escoger, me puse como una adolescente frente a la puerta abierta del placard: quería leer todos.
Como la idea es
que compren el libro y lo lean, simplemente voy a copiar algunas de las frases que tengo subrayadas, destellos de
esa alquimia imposible que practica nuestro Librero.
“Y todo podría
haber sido hermoso, pero en realidad fue un asco”
amor frustrado adolescente
Luego la cosa se
va poniendo peor, progresivamente
A fin de
cuentas, todo depende del azar, el puro azar
La vida es un
juego falseado de vanidades recíprocas.
Toda la belleza
del mundo es un instante que termina
Procura vivir
ese instante, en su plenitud abrasadora
Carta abierta a mi futura novia
Simplemente
reniega de las trampas de la inteligencia
Es mentira que
lo sensible es permutable por palabras
La trayectoria de una idea
Todos nos
sentimos poetas, en algún momento
Los sábados a la
noche, en la larga hora incierta
Los versos se
encienden dentro de nuestra mente
Cualquiera puede escribir un poema
Alguna vez has
intentado ser feliz, pero ya no lo haces.
La persecución
del éxito sorbe el seso y causa angustia
Ya habrá tiempo
para lo demás o tal vez nunca lo hubo
Lo
importante no es lo que sientes ni lo
que entiendes.
Lo importante es
un sentimiento lejano que se deshace
Escribiste unos versos amargos
No me dolería
verte feliz, me dolería que seas tan obvia
Si estoy tocando
fondo, quiero mantener los ojos abiertos
Este poema ha
sido escrito por una máquina electrónica.
Voyeur
Todavía no
conocemos lo que ya intuimos en sueños
Todavía
martillamos con microscopios como bestias
La vida se
escurre. La ilusión expira. Todo es breve.
Aceptar lo que
nos sucede como si fuese lógico y normal.
En realidad,
todo es absurdo, azaroso y predecible a la vez
Nadie sembró la
semilla del cosmos, mas las cosas existen
Todas las
explicaciones y justificaciones se revelan lúdicas
La prescripción de darwin
Abandonarse al
placer discutible que facilita la nostalgia.
Las palabras
aluden a objeto que se han dado a la fuga
La caverna
devuelve el eco de un discurso jamás enunciado
Todos los
discursos sostenidos son tentativas de asir aire
Las matemáticas
del universo alude al polvo todavía disperso
Nos queda el
placer de recostarnos sobre un lecho de rosas
Al fin poder
dormir a pierna suelta, en brazos de los dioses
Todas las sensaciones
Y a medida que uno avanza con la lectura, el aparente carnaval de imágenes con atolondramiento de videoclip va formando el contorno de un gran rompecabezas que se nos revela con la fuerza de las cosas sabidas desde siempre. Y conforme la lucidez se apodera de las sombras del entendimiento, lo patético, lo instantáneo, lo resignado, lo profundamente humano, forma una secuencia muy clara que alcanza su pico más
alto en la última composición:
Seres de otro
mundo hablan el idioma secreto del silencio antiguo. Es imposible imaginar con
exactitud ninguna imagen mental o ningún signo lingüístico. Toda representación
objetiva intercambiable se ha disgregado en una pretensión sofisticada de
tecnicismo en bancarrota.
A la cuenta de
tres ya no le importará más nada. A la cuenta de tres ya no regresará jamás.
Uno. Nunca ha existido. Dos. Esto es una mentira. Tres. Ya no despertará nunca.
Epilogo
No dejen de hacerse de un ejemplar. No sólo es garantía de buena lectura, es una oportunidad para participar de una crónica viviente. Se consigue en varias librerías, pero si van a Alamut Libros (que queda en la calle Borges 1985 de Palermo Soho), capaz que el autor hasta se los dedica.
Desde el mismo título, este atadito de poemas es toda una enunciación de principios y sostiene una estética admirable. Está escrito con un tono auto-confesional de cancherito loser (oxímoron medio forzado pero que bien podría servir como definición).Tengo para mí que si el Dante lo mandaba a pintar el admonitorio “Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate” este pibe le hubiera agregado un smiley al final. Lectura muy pero muy recomendada.
Muchas gracias.
Desde el mismo título, este atadito de poemas es toda una enunciación de principios y sostiene una estética admirable. Está escrito con un tono auto-confesional de cancherito loser (oxímoron medio forzado pero que bien podría servir como definición).Tengo para mí que si el Dante lo mandaba a pintar el admonitorio “Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate” este pibe le hubiera agregado un smiley al final. Lectura muy pero muy recomendada.
Muchas gracias.
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