Porque quizás fue el primer poeta de mi adolescencia.
Porque quizás fue el primero en enseñarme la música de las palabras.
Porque quizás fue el primer imitado en ejercicios que, si por torpes y fatuos no menos efectivos al oídos de damitas anhelantes.
Por muchas cosas.
ORACIÓN POR ANTONIO MACHADO
Misterioso y silencioso
iba una y otra vez.
Su mirada era tan profunda
que apenas se podía ver.
Cuando hablaba tenía un dejo
de timidez y de altivez.
Y la luz de sus pensamientos
casi siempre se veía arder.
Era luminoso y profundo
como era hombre de buena fe.
Fuera pastor de mil leones
y de corderos a la vez.
Conduciría tempestades
o traería un panal de miel.
Las maravillas de la vida
y del amor y del placer,
cantaba en versos profundos
cuyo secreto era de él.
Montado en un raro Pegaso,
un día al imposible se fue.
Ruego por Antonio a mis dioses,
ellos le salven siempre. Amén.
RUBÉN DARIO
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