The bow of God's
wrath is bent, and the arrow made ready on the string, and justice bends the
arrow at your heart, and strains the bow, and it is nothing but the mere
pleasure of God, and that of an angry God, without any promise or obligation at
all, that keeps the arrow one moment from being made drunk with your blood.
Jonathan Edwards
Sinners in the Hands of an Angry God
Con ajustada rutina, paladas rítmicas nos deslizan sobre las olas. Quizás
sea el frío. Quizás el mar agitado. O quizás sea flojera, pero no consigo
asirme cómodamente a mi remo. Y no hay reparo que pueda moderar a este viento
azul que nos empequeñece el alma.
Seis hombres, seis vidas, un cometido. Otros tantos
estarán esparcidos a derecha e izquierda en formación de imposible
equidistancia. Aún con el grueso pasa montaña, el aliento logra formar nubes de
silencioso esfuerzo.
El esfuerzo, el aliento, el ritmo. ¿Cómo no pensar en
vos?
Vos, mi mujer. Vos, mi esposa. Vos, mi amante. Vos, mi
amiga. Vos, la madre de mis hijos. Vos, mi vida. Vos, la de los ondulantes
pechos morenos. Vos, la del anhelado pubis. Vos, la de nuestra última noche,
cuando te entregaste como tierra fecunda al abono del viril arado. Vos y el
gozoso lamento final, que se convirtió en mudo llanto. Vos, en la puerta de
casa; vos y tu beso desesperado antes de perderme en la noche; vos, aún ahora,
amparando mi corazón extraviado.
Un apagado murmullo me devuelve al hundir de los remos en
las olas esquivas. Un compañero ensaya una plegaria. ¿Debería estar repasando
un rezo en lugar de repasar el gozo que me dejaron tus besos? Me río de la
forzada rima.
Estoy haciendo aquello para lo que me he preparado toda
mi vida. No pude prever, ni en mi más extravagante sueño, que me iba a ser dado
conocerte.
Un lejano esbozo de luz anuncia que en esta parte del
mundo el sol está pronto para comenzar su carrera, siempre indiferente al
destino de los hombres. El bote toca la playa. Soy el primero en pisar la arena
de tan queridas islas. Nos miramos. Asentimos. Avanzamos. Ya es tiempo.
¿Seré bravo a la hora de matar? ¿Seré digno a la hora de
morir? ¿Tendré tiempo de nombrarte?
Hoy es 2 de abril de 1982.
© Pablo Martínez
Burkett, 2005
...Un lejano esbozo de luz anuncia que en esta parte del mundo el sol está pronto para comenzar su carrera, siempre indiferente al destino de los hombres...
ResponderEliminarGracias por la cita. Saludos
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