Libertango de Astor Piazzolla
por Yo-Yo-Ma en cello y Néstor Marconi en bandoneón
MELODÍA INESPERADA
(a propósito de Astor y los 20 años que han pasado desde su muerte)
En el coche de subte, unos saltimbanquis
acometen una más que razonable versión de Libertango.
Taciturno en el asiento, no puede evitar
sonreír, mientras se muerde el labio inferior. Anoche, ella lo había recibido
con el departamento en penumbras, las diminutas velitas regadas por el piso,
guiando la ruta hacia la cama, donde desnuda, se dejó libar por su mirada
hambrienta, para luego entregarse a las sucesivas saetas que con un fulgor, le
robaron el alma.
Con
una recóndita felicidad, antes de dormirse, ella le musitó (o soñó que le
musitaba): Es tanta la felicidad que me provocas, que hasta ya me duele. Lo
mismo me sucede cuando escucho a Piazzolla.
Y con una feliz ponzoña, hizo
todo el resto del viaje. Se pasó una estación.
© Pablo Martínez Burkett, 2007
Me gusto el relato, igual que me gusta la musica de Piazzolla, muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge. Más allá del atragantamiento que pudiera causar en algún purista, yo a Buenos Aires siempre la "siento" con una calle empedrada en contrapicado y un tema de Astor.
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